lunes, 20 de junio de 2016

Estudio histórico-artístico sobre la imagen de la Virgen de la Muela



Imagen de la Virgen de la Muela

Antes de nada, unos ligeros apuntes sobre los orígenes de las religiones



Está demostrado que desde sus orígenes más remotos, los seres humanos sintieron la necesidad de buscarse dioses o entes superiores a los que adjudicar la enorme fuerza de los fenómenos naturales que les rodeaban y para los que no encontraban explicación. Los rayos, las tormentas, el frio, la lluvia, el calor abrasador, los terremotos y otras fuerzas de la naturaleza, no sólo suponían una amenaza directa contra sus vidas, sino que con frecuencia terminaban provocándoles terribles enfermedades, cuando no la muerte.




Tremendamente vulnerables ante el enorme poder de la naturaleza e increíblemente indefensos a la hora de afrontar los avatares del destino, los primeros grupos humanos miraron al cielo como lugar de procedencia de esas mismas amenazas y ubicaron allí la morada de los dioses. En sintonía con esa concepción simplista de lo divino, pero aplicando una relación causa efecto sobre lo que les rodeaba, las primitivas comunidades designaron al Sol como dios supremo, y a la luna, los rayos, el trueno y otros fenómenos atmosféricos, como figuras menores de su primitivo panteón. Y como aquello resultaba tremendamente confuso y difícil de entender para la mayoría de los individuos, aparecieron determinados miembros de la tribu (Chamanes, videntes, magos) -precursores de los sacerdotes- que se erigieron en intermediarios entre los dioses y los hombres, utilizando una serie de rituales, liturgias y sacrificios, destinados a aplacar la ira de los dioses y los miedos de los individuos. Este es, a grandes rasgos y de manera muy resumida, el origen de la mayoría de las religiones.