jueves, 2 de noviembre de 2017

LAS CASAS DE LA ENCOMIENDA DE CORRAL DE ALMAGUER (Primera parte)

Introducción


(Encomiendas, Comendadores y Casas de la Encomienda)


Donación de Uclés. (Tumbo Menor de Castilla)

Como consecuencia de las numerosas donaciones de terrenos otorgadas por los Reyes de Castilla a las Órdenes Militares en pago a los servicios prestados durante la Reconquista, éstas se fueron haciendo con enormes franjas de territorio peninsular, de cuya titularidad y administración eran las únicas dueñas y señoras.


En el caso concreto de la Orden de Santiago -la más agraciada por la generosidad Real- dichos dominios se extendían por buena parte de la Mancha, provincia de Jaén y un pedazo de Murcia, complementándose en el lado occidental por otra gran franja de territorio extremeño. Poseía también, salpicadas por distintas regiones peninsulares (Castilla y León, Cantabria, Andalucía, Galicia y Portugal), muchas otras heredades y bienes que la convertían en la más poderosa y prestigiosa del reino.


Para administrar tan grandes extensiones, la Orden de Santiago acordó dividir su territorio en trozos o encomiendas y dispuso que de su gobernación y administración se encargasen los propios caballeros de la Orden, que recibirían por ello el título de Comendadores. En cada una de esas encomiendas, la Orden poseía también una casa central, conocida como “Casa de la Encomienda” destinada a albergar la vivienda del Comendador y su guardia (las llamadas lanzas), además de una serie de almacenes, graneros, bodegas y corrales, que tenían como objetivo almacenar los frutos de las tierras y bienes que la Orden se había reservado en cada encomienda, así como el diezmo y demás impuestos que los hombres del comendador recaudaban entre los vecinos que habitaban dicha demarcación.